WHO IS AFRAID OF VIRGINIA WOOLF (Reseña)


Expectar "¿Quién le teme a Virginia Woolf?" es es reflexionar acerca de los limites del amor y del dolor…Al ver a Marta y George destruirse, ofenderse, herirse  partirse en mil pedazos uno podría pensar que son sólo seres maquiavélicos y frustrados  pero al final del film sólo llegué a una patética conclusión: esa es la forma de la que se aman.

He escuchado que hay diversos tipos de amor. Incluso nos repiten las fórmulas del amor que soporta, que tiene fe a pesar de todo lo que va en contra, del “amor responsable” que soporta infidelidades en pro del “hogar” y el que se hace de palabras duras y enfrentamientos altisonantes. Y he renegado siempre contra estas versiones. Para mí el amor siempre había sido el que quizás no está exento de altibajos pero sí el que te hace crecer , el que te hace sentir respetada, el que te acepta con tu carga emocional fallada o benévola.
Con esta pelicula creo que que quizás algo de lo que tanto me dijeron podría ser verdad: que hay diferentes tipos de amor.

O quizás esto que se llama “otros tipos de amor” son simplemente relaciones basadas en el oprobio común, Porque para alguien que hiere hay otro que acepta ser herido. George acepta ser herido, pero sabe cómo dar en el punto más débil de Martha y es ahí cuando surgen los momentos más impresionantes de esta excelente película; aquéllos donde George, el burlado, el  minimizado, el perdedor, el que es considerado basura y mediocre por su esposa, se levanta repta se yergue como una cobra y asesta metódicamente el zarpazo final de la venganza: sonará cruel pero uno no puede sentirse más que impresionado y es imposible no experimentar algún tipo de deleite.

Amo los ojos de Liz Taylor cuando odia, cuando destruye autoestimas, cuando ordena. Parece que su falta de escrúpulos la ha hecho nacer para mandar y aplastar; sólo basta ver como humilla a Nick al hacerle abrir la puerta.

Marta y Georgfe son dos estilos diferentes de tortura. Marta es la tortura salvaje, avasallante, sin modismos, con una rabia natural que sale, estalla y que no es tamizada por ningún elemento  racional, George en cambio es el torturador dialéctico, académico, que busca en la intelectualidad y en las palabras más rebuscadas sus armas para lastimar y sofocar.

Burton contiene la expresión de un modo que me paraliza la respiración. Nunca sé cuándo responderá, cuándo se volverá victimario, cuando podrá asesinar, cuánto más soportará.

Recuerdo de pronto “Luna de Hiel” de Roman Polansky. Del mismo modo que George y Marta hacen a una inocente pareja como Nick y Honey testigo de su miseria y la llevan a vivir dentro de ellos mismos sus tragedias más íntimas y secretas, del mismo modo Mimi y Oscar  experimentan con los sentimientos y las sensaciones de  Nigel y Fiona -aquel apacible matrimonio británico- perturbándolos de un modo único y enloquecedor.

Pienso en cuántas veces habré sido Marta o habré sido George. Pienso quizá que mi capacidad de ser Marta se ha perdido con los años, con la terapia, con la madurez y que me he vuelto más George a pesar mío.

Al final como dice una reseña de la película ambos se quedan con su soledad, ya sin expectadores de su lucha blasfema y crueldad.

Quizás al final del amor, es así como nos quedamos todos: solos

9:25 pm 13-05-2013

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